In memoriam
La mamá de mi mamá es una de las personas más especiales en mi vida y en la de muchas personas. Desde joven se hizo cargo de sus hermanos menores y de varios sobrinos. Enviudó cuando yo tenía uno o dos años y luego también crío a mis primas. Definitivamente es una persona muy querida.
Para mí mi abuelita siempre ha sido la mujer más tierna que siempre procuró lo mejor para mí, mis hermanos y primas. No me queda duda que también fué una excelente madre para sus hijas, hermanos y sobrinos. Entre las muchas cosas que le admiro a mi abuelita puedo mencionar que es una mujer muy dedicada a su familia, que siempre tiene palabras bellas para compartir y hacerte sentir bien, y que a pesar de que tuvo una vida muy difícil y su situación económica se deterioró drásticamente a lo largo de su vida, nunca le escuché una sola queja o comentario pesimista. Por supuesto que a veces se cansa y reclama cuando no se le ayuda debidamente, pero siempre de manera positiva buscando lo mejor para todos. Esos reclamos nunca buscaron un beneficio propio.
Una mujer siempre dispuesta a ayudar y a compartir, incluso en situaciones difíciles o a quienes le habían fallado. Una mujer sin rencores que siempre perdonó, quizás porque así era su naturaleza, o quizás porque su sentido de la familia era superior a cualquier dificultad. De cualquier manera, durante mi infancia fue una de las personas que más quise y conforme fuí creciendo fue la única persona con la que mi relación nunca se deterioró y de la que mi cariño nunca cambió, es más, mi aprecio hacia ella siempre fue en aumento. Muchos de mis mejores amigos la conocieron porque aunque yo no la mencionaba mucho, resultaba evidente su importancia e influencia en mi vida.
Algo en lo que quizás no le he correspondido es en que ella siempre tiene tiempo para mi, siempre ha estado presente en los momentos más importantes de mi vida, animándome o disfrutando mis éxitos conmigo, incluso presumiéndome con todo mundo. En la distancia, ella siempre ha sido la primera en lamentar mis carencias y en orar para que Dios me ayude a superar las dificultades.
Hablo en presente de mi abuelita porque aunque ella dejó este mundo de manera un poco inesperada en la madrugada del 4 de febrero. Para mi ella siempre será una de las 4 personas más importantes en mi vida y estoy convencido de que ella no nos ha abandonado.
En primer lugar nos dejó el tesoro de su ejemplo y su cariño. En segundo lugar nos ha dejado un sin fín de hermosos momentos y recuerdos. En tercer lugar, siendo ella una persona tan valiosa para mí, su memoria seguirá iluminando cada uno de mis días, como siempre lo ha hecho. Por todo lo anterior, procuraré no desaprovechar ninguna oportunidad para dejar su nombre en alto y transmitir su ejemplo y memoria a mis seres queridos.
Dios la tenga en la gloria.
Mi Doctorado en Ciencias Cognitivas 
Mi abuelita « Mi Doctorado en Ciencias Cognitivas said,
miércoles, febrero 7, 2007 a 9:01 pm
por Edgar
Acabo de agregar a mi blog una página en la memoria de mi abuelita, quien falleció el domingo. La idea de esta página es que mi familia, amigos y todos aquellos que la hayan conocido lean y compartan comentarios, anécdotas y fotografías de mi abuelita.
Paty said,
jueves, febrero 8, 2007 a 9:55 am
Hola yo soy paty una de las nietas de mi abuelita, comparto la misma opinion que Edgar, fue y es la mujer mas maravillosa, que existe, siempre tenia una palabra de aliento para uno, y nunca la vi enojada, siempre tenia una sonrisa en su cara, confiezo que fue y aun sigue siendo doloroso aceptar que ya no esta con nosotros, pero abuelita que Dios te bendiga y cuidanos mucho, gracias por todo lo que tu nos diste. TE AMO ABUELITA.
Alejandro Larracilla said,
jueves, febrero 8, 2007 a 10:32 am
Edgar amigo mío.
Siento mucho el fallecimiento de tu abuelita, como te has de acordar, la conocí hace mucho cuando eramos niños, era una buena mujer que te quería mucho y se preocupaba por el bienestar de sus nietos, a mi me reconfortaba eso.
Seguramente el día de hoy viaja más allá del tiempo y el espacio hacia nuevos conceptos de felicidad que solo llegaremos a comprender cuando nuestra hora llegue.
Te mando un abrazo grande.
Tu amigo, Alex.
En vida « Horizontes said,
jueves, febrero 8, 2007 a 11:23 am
por Tere
[…]Tengo recuerdos muy bonitos de la abuelita de Edgar, uno de ellos está entre mis más felices recuerdos.
Hay personas que vivirán para siempre en mi corazón.
Descansa en paz querida abuelita.
María del Sol said,
jueves, febrero 8, 2007 a 6:40 pm
Yo también soy una de los 5 nietos de mi abuelita, la penúltima, una de las que crió desde recién nacida. Mis 24 años hasta hoy los viví regañada, mimada, besuqueada, abrazada por mi mamá Socorrito, porque así le llamabamos Selene y yo, hasta que un día nos tocó convivir con Edgar, Paty y Victor quienes le llamaban «abuelita».
Ella me educó y me cuidó en mis enfermedades. Aunque pude haberla lastimado cuando me enojaba, la quise a mi manera y ella me quería a mi manera.
Tuve la suerte de que ella falleciera en mis brazos. Aunque sentí una gran impotencia por no saber cómo ayudarla. Unos minutos antes tuve el privilegio de darle de comer y escucharla decirme «Gracias hija».
No acabaría de mencionar cada detalle de cómo era esa gran mamá, pero si puedo decir que tú serás la que se encargue de que no te olvidemos. Habrás muerto, pero vives en nuestros corazones.
Te Amo mamá Socorrito
Victor Acosta Villaseñor said,
jueves, febrero 8, 2007 a 7:49 pm
Hola soy el tercero de los nietos. Mi abuelita deja una gran huella en este corazón, de la misma forma que se que a muchos nos la dejo! Tantos hermosos momentos nos dedicó, siempre carismática, una monedita de oro, siempre digna para ocupar un lugar en el hogar de nuestro Señor.
Abue te AMAMOS! y hablo en plural por que se que no soy el único.
Madame Soul said,
viernes, febrero 9, 2007 a 10:51 am
Hola Ed, que pena lo del fallecimiento de tu abuelita, espero mi tía se encuentre bien al igual que todos los familiares, hay que pensar que ahora está en un mejor lugar y seguramente muy contenta de tener a tantas personas que la recuerdan con tanto cariño.
Muchos saludos!
Daniel said,
viernes, febrero 9, 2007 a 1:48 pm
Hola Edgar, solo quiero decirte que lamentamos mucho tu perdida y aun a la distancia a la que nos encontramos estamos contigo, Familia Lopez Sanchez
Gracias « Mi Doctorado en Ciencias Cognitivas said,
viernes, febrero 9, 2007 a 10:55 pm
Por Edgar
Estoy muy agradecido por los comentarios, buenos deseos y palabras de aliento, lo aprecio mucho.
Voy a seguir agregando comentarios en esta página para plasmar mis recuerdos. Todos son bienvenidos a hacer lo mismo.
Edgar said,
viernes, febrero 9, 2007 a 11:05 pm
No recuerdo cuál fue mi motivación, pero cuando era muy pequeño yo creía que a mi abuelita le serviría mucho tener coche. Así que le dije que cuando fuera grande y tuviera trabajo le iba a regalar un «chatomorris», que en mi vocabulario de niño de 3 años quería decir un Volkswagen sedán, o vocho.
Por si se preguntan, nunca cumplí esa intención.
F.C. said,
sábado, febrero 10, 2007 a 2:27 pm
Ánimo. Edgar. Ten en cuenta siempre sólo los mejores momentos de quién ya se fue. Eso es lo que perdura en todos, en ella en particular. Nuestra vida y nuestro carácter se va haciendo de esos momentos, se construye más con alegrías que con tristezas, aunque estas últimas nos muestren el contraste. Esta no es más que una de las piedras en el camino que no debemos lastimar con nuestras sandalias. Adelante.
Mabel said,
domingo, febrero 11, 2007 a 12:06 am
No tengo palabras para describir el privilegio de haber sido hija de Doña Socorro Velasco vda. de Villaseñor.
Ella fue mi compañera inseparable desde que nací, hasta que se murio en mis brazos. Toda mi vida viví con ella, crió y cuidó a mi hija Selene (la nieta más chica). Donde quiera ibamos juntas y estabamos juntas, fue mi mejor amiga, mi confidente, mi compañera, y la mas hermosa y buena madre que me pudo haber dado Dios. Yo vivi sus alegrias, tristezas, problemas, preocupaciones y enfermedades, tal vez no fuí la hija que ella hubiera querido, pero tengo la satisfaccion de haber estado con ella cuando me necesito y cuidarla en la salud y en la enfermedad, estar con ella y apoyarla cuando me necesito. Ella era mi vida, mi todo, siento un gran vacio en mi vida y mi corazon. Espero que Dios la tenga en el cielo junto a otro gran hombre que fue mi padre.
Gracias Dios por haberme regalado unos padres tan maravillosos.
Edgar said,
domingo, febrero 11, 2007 a 2:02 pm
Ahora que Mabel menciona a mi abuelito.
Una constante durante mi infancia es que mi abuelita mantenía su recuerdo muy vivo en mi memoria. Me hablaba mucho de él y me prometió que cuando me recibiera (de licenciatura) me regalaría el reloj de bolsillo de mi abuelito. A menudo me enseñaba el reloj para recordar a mi abuelito y para motivarme a estudiar muy duro.
Mi abuelita me hizo ese regalo tan especial cuando terminé la preparatoria porque era una preparatoria técnica y en ese entonces era incierto que yo siguiera estudiando.
Lourdes Hernández said,
miércoles, febrero 14, 2007 a 2:12 pm
Hola:
Estoy en pensamiento y oración contigo y con tu familia en estos momentos de tristeza.
Es dificil aceptar la despedida de un ser querido, pero antes que nada debemos dar gracias a Dios, porque la dejó vivir mucho tiempo y sobre todo que les dejo muy buenos y gratos momentos.
Estamos con todos ustedes Familia Márquez Hernández.
Edgar said,
martes, febrero 20, 2007 a 10:28 am
Mis abuelitos tenían una casa padrísima en el DF. Los recuerdos más antiguos de mi vida son en esa casa. El más antiguo es de mi abuelito en cama. No sé si la habitación estaba oscura, o por empatía yo la veía totalmente oscura, pero lo recuerdo bien, y recuerdo el buró a su derecha.
El segundo recuerdo más antiguo es de Mabel cargándome frente a un pequeño retablo de la virgen de Guadalupe que estaba en esa misma habitación. Mabel me decía que le pidiera mucho a la virgencita por mi abuelito.
Esa casa era fantástica. Me gustaba explorar cada habitación, aunque había algunas que me daban miedo. Me gustaba mucho. En las noches me costaba trabajo dormir porque no estaba acostumbrado a los ruidos de la calle o a las luces de los autos que se proyectaban sobre los techos altos. Pero incluso esa experiencia era mágica.
Recuerdo que una noche (que mis papás me encargaron con mi abuelita), tembló o cayó un relámpago muy cerca, y creo se fué la luz. Mi abuelita y tías decían que la virgen de Guadalupe estaba proyectada en el cielo. Yo no recuerdo bien lo que ví en el cielo nocturno, pero definitivamente era algo que no había visto jamás, ni he vuelto a ver.
Todas las ventanas tenían pequeñas macetas con violetas (africanas?) que mi abuelita cuidaba con mucho afán. Además en los patios de la casa había muchísimas plantas, o «matas» como ella les llamaba. Recuerdo a mi abuelita sentada en su equipal en el «hall», tejiendo o leyendo mientras yo veía la televisión. Al lado de ella había un ventanal que daba a uno de los patios, verdísimo.
En la sala tenía un juguetero donde mi abuelita tenía muchas figuras de porcelana. Ese juguetero era ambulante porque no sabían dónde colocarlo para que yo no rompiera las figuritas. Me encantaba verlas y no podía resistir la tentación de tocarlas o incluso jugar con ellas. Otras veces no faltaba que le cayera un pelotazo al juguetero y alguna pieza cayera al suelo.
Cuando iba de visita me trataba como rey. A la hora de comer siempre me sentaba en la cabecera del comedor y no me dejaba bajar hasta que estuviera completamente satisfecho, me servía bastante bien. Pero, mmmm, riquísimo. Mi abuelita cocinaba muy sabroso.
En su comedor tenía un mueble sobre el cual había (debajo de un vidrio) una foto maravillosa del día que ella se casó. Me encantaba ver esa fotografía de mi abuelita joven, preciosa, con su vestido blanco, la cola larguísima y sus mangas hasta las muñecas. Junto a esa foto mi abuelita ponía mi última boleta de calificaciones o diploma. Para mi era todo un honor, no había persona que me hiciera sentir más importante que mi abuelita.
Maru said,
miércoles, febrero 21, 2007 a 7:25 pm
Hola Edgar
Vi en pocas ocasiones a tu abuelita, pero cada cosa que nos dicen de ella, me hacen recordarla con gran cariño.
Un abrazo
Maru
Martha Irma Muñoz Rocha said,
viernes, marzo 2, 2007 a 11:48 pm
Querido Edgar: Estamos contigo, lo entendemos y te queremos. Gracias por compartir con nosotros el camino.
Fam Flores Muñoz
gabriela ochoa said,
jueves, junio 28, 2007 a 10:59 am
!hola Edgar¡ sabes que Dios bendice a las personas atravez de sus abuelos, tu abuelita te dejo un legado que tu hijo y tus nietos continuaran, que Dios te bendiga. ojala me escribieras vivo en Playa del Carmen Q.Roo. México. felicidades por la bonita familia que son
ioselin said,
martes, septiembre 25, 2007 a 1:54 am
ola lei tu blog i compaaarto contigo!
las abues SON LO MEJOOOOR DEL MUNDO!
yo amo ami abue
pero almismo tiempo estoy enojada kondios! porke a ella! ay tantas personas malas en estee mundo!
pero bueeeeno!
se lo ke sientes es del navo =(
TE AMO ABUEEEEEEEEEEEEEEEEELITA!
i igual estoy contigo!!!